martes, 25 de marzo de 2014

Las mejoras...


Había que echarle una manito al garage, había que convertir ese purgatorio de cachureos en un lugar con buena vibra. Había que darle una mejor casa a nuestro vino así que nos propusimos remodelar. Fuera los trastos viejos y manos a la obra!

Una inversión modesta, que va! el buen vino no depende de un gran esfuerzo económico sino de una ambición por la calidad y una pasión por el producto.

Como nos gusta y fieles a nuestro “primer mandamiento” hicimos todo nosotros, sin maestros ni arquitectos, y obviamente sin permisos. Empezamos buscándole destino a los trastos viejos para seguir pensando en una lógica útil mientras trabajábamos, así como el matador empieza a templar al toro desde su primera embestida, proyectando su faena pase tras pase, nosotros nos ilusionábamos con el futuro del lugar tras cada arreglo que hacíamos.

  

Nuestro norte es el sur. Duelas de roble (una hermosa historia cuentan estas tablas que estuvieron sumergidas en vino tinto aportando su noble aroma hasta que cumplieron su ciclo y fueron condenadas a la basura) que a puro brazo y serrucho reciclamos hasta hacerlas tejuelas. Con ellas vestimos por fuera el garage inspirados en las casas chilotas.


Separamos aguas, un patio de maniobras para recibir uvas, materiales y hacer la vendimia (despalillado - zaranda) y otro para el prensado.

Trajimos piedrecilla de Isla Negra para el patio que rodea el garage.  Ahora para llegar a los vinos hay que caminar por la playa, la arena canta nuestras pisadas y de noche ilumina el camino.

Adentro tanto no se hizo, se desmanteló la sección bártulos con lo que hubo ganancia de metraje, se reubicó la sección taller y herramientas, se dio una mano de pintura y se mejoró la iluminación. Este ordenamiento territorial favoreció a las barricas, que después de años a la intemperie se estacionan bajo techo guarecidas del frío y del calor;  lo mismo con las cubas-huevo. Hasta lugar para el vino embotellado en guarda quedó.



La segunda etapa pasa por construir, queremos crecer con  un mejor lugar para las botellas (todas), para degustar, para juntarse, queremos una chimenea, baño, etc., esperamos contar con garage-casa-club-clandestino antes que termine el 2014.

Pero sigue siendo un garage y su historia la heredaron los vinos, heredaron también calma, paciencia y la fe de un carbonero. Ahora con un poco de suerte lograremos completar la ecuación.