Este año conocimos a David, un ingeniero brasileño casi
chileno que hace unos diez años inició la plantación de Sauvignon Blanc en Las
Dichas. Su sueño es vivir el vino. Después de la primera conversación iniciamos
rápidamente una especie de minga (trabajo colectivo a favor del bien común),
mientras está en Brasil nosotros le cuidamos la vendimia y cada 2 semanas
cuando viene al campo discutimos, trabajamos y cavilamos juntos. Nos convida
espacio para algunas de nuestras barricas en su chorísima bodega hecha con
mucho ingenio, cuatro cubas y cuatro containers.
Al tiempo surgió la idea de agruparnos, asociarnos y
cooperar. Junto a otros pequeños
productores empezamos a dibujar lo que será el “grupo de vinos de autor”, todos
los reclutados somos de Casablanca, todos estamos motivados, todos somos amigos
y todos remando para el mismo lado, prestándonos cosas, conocimientos,
experiencias. Veremos con el tiempo cual será el derrotero, hay paciencia, hay
fe.
Estábamos en esto cuando David, invitado por un importador
brasileño, asiste a mostrar sus vinos (y los nuestros) a una feria en el estado
de Rio Grande do Sul, los vinos gustan y son comentario entre el público. Hubo interés,
se negoció y se cerró, finalmente habrá exportación! En 2 semanas hay que
embarcar, nos pasamos noches pintando y escribiendo etiquetas, haciendo
tramites, certificados, después 2 días vistiendo botellas, finalmente la carga
está terminada, nuestras primeras 1020 botellas al extranjero.
Curioso, son justamente brasileños quienes se detienen en el
entretenido Rio-Tinto de Casablanca, recorren, prueban, comprar, preguntan.
Brasileños que bajan de Valle Nevado y que antes de volver a su país van de
paseo a Viña y Valpo, haciendo un aro en la ruta 68. Javiera está los jueves y
viernes con degustaciones, promoviendo nuestro syrah y conversando con los
clientes.
Todo este movimiento agotó el inventario del primer lote
2012 (de 1420 botellas) por lo tanto la semana pasada estuvimos afanados
preparando un nuevo envasado. Entonces del total de 3.800 litros de esta
cosecha envasamos 1.000, ahora otros 1.000 dejando 1800 litros para una
tercera producción que vendrá más adelante. Fueron jornadas de mucho trabajo,
tardes divertidas donde la familia se convoca, donde cada uno tiene su rol y
todo se hace con alegría, disfrutando la jornada y celebrando al terminar con éxito
la faena.
Seguimos adelante sabiendo que el camino es la meta.
Turistas brasileños en Rio Tinto, degustando Tinta Tinto! |
Enjuagando botellas |
"Vista aérea" de la planta de envasado jajaja |
La colorina pintando etiquetas para la exportación |
La carga lista para embarcar |
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